Sus inicios en los estudios religiosos desde una perspectiva transdisciplinar fueron inspirados luego de tomar cursos con el profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades, sr. Jaime Moreno Garrido (Q.E.P.D), quien proponía que los estudios religiosos no debían centrarse solo en lo teológico.  

A propósito de ello y tras años de estudio e investigación, es que el académico Luis Bahamondes publicó el libro “Prospección religiosa en el Cono Sur: Mercantilización, materialidades y creencias” que contiene capítulos sobre cómo se comporta el sujeto en la ciudad -en términos de consumo- mientras que hay otros que dan cuenta sobre cómo siguen vigentes tradiciones centenarias a través de cultos populares. 

“Cuando uno sondeaba el panorama local respecto a la temática, se había escrito muy poco. Por otra parte, la mayoría de las investigaciones estaban concentradas en las universidades confesionales”, afirma Bahamondes, quien en la actualidad se desempeña como académico en el Centro de Estudios Judaicos y el Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos, ambos espacios de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.  

Por: Comunicaciones CECLA 

Las ciencias de la religión implican estudiar un fenómeno religioso como se indaga cualquier fenómeno cultural, más allá de lo teológico o lo catequístico, incorporando de esta forma aspectos históricos, filosóficos,  fenomenológicos,  sociológicos y antropológicos. 

De esta forma es que el Doctor en Ciencias de las Religiones, Luis Bahamondes a través del proyecto FONDECYT regular N°1180359 inició la recopilación de investigaciones, su edición, publicación en un libro y en un sitio web, esto con la perspectiva de ampliar su alcance, más allá de lo académico para ser un espacio de divulgación, difusión y extensión para fomentar el interés en la temática. 

El libro es una publicación binacional ya que cuenta con la mitad de casos llevados por investigadores/as argentinos, permitiendo recopilar procesos, acontecimientos y reflexiones sobre las historias de fenómenos religiosos desde Buenos Aires, la Patagonia chilena y Santiago.  

La investigación da cuenta de los procesos de mercantilización de lo sagrado en Santiago como una gran capital y la posibilidad de que distintos sujetos interactúen en esa gran ciudad. Otro punto a destacar es que el libro se puede consultar de forma gratuita y parte de los materiales encontrados a propósito de la investigación se pueden encontrar en la web proyectareligion.cl .

¿Por qué estudiar distintos fenómenos con esta perspectiva? 

Pareciera ser que la complejidad de lo religioso requiere distintos dispositivos de análisis, que te permitan intentar captar el fenómeno en toda su dimensión; lo religioso tiene una cuestión íntima-privada, pero también una dimensión muy pública y se expresa a partir de ritos, de construcción de mitos, de diseño de artefactos y de materialidades… 

No son muchos los espacios en Chile que consideran el estudio de lo religioso desde una perspectiva interdisciplinar. Al ser la Universidad de Chile una institución laica y pluralista permite este tipo de investigaciones desde los Estudios Culturales (…) es dar cuenta que lo religioso es algo que es flexible, no es algo estático, es algo elástico y que forma parte de los cambios culturales de las últimas décadas.

¿De qué forma se consolidó como un proyecto transdisciplinario? 

Estudiar diversos fenómenos con esta perspectiva requiere comprender que la complejidad de lo religioso requiere distintos tipos de análisis que permitan captar el fenómeno en toda su dimensión. Lo religioso tiene una cuestión íntima/privada y una muy pública lo que implica mayor complejidad al momento de retratar el fenómeno.

A propósito del libro, ¿Cómo dimensiona la resignificación de lo sagrado? 

Se intenta plasmar en la publicación a través de las distintas transformaciones, cambios y mutaciones de lo religioso durante la última década. No solo lo religioso, sino que también las concepciones y propuestas teóricas y metodológicas. Además, se observan cambios en la pluralidad de ofertas religiosas que hoy están presentes en las distintos contextos culturales y que modifican por completo el escenario religioso. 

¿Cómo llega a los registros para formular estas investigaciones? imagino que hay muchos relatos orales tras los significados. ¿Podría comentarnos un poco sobre esta parte del proceso? 

El libro posee distintos registros. Hay artículos que tienen un sello más bibliográfico, y otros que se centran en lo etnográfico desde la denominación de “religión vivida” lo que aborda la forma en cómo las personas viven, practican y sienten la religión, y no necesariamente como la institución religiosa les indica que debe realizarse o vivir. 

Desde esta perspectiva y del trabajo de campo, la oralidad y las entrevistas en profundidad permiten caracterizar y retratar los espacios que ahí son investigados. Uno de los aspectos más interesantes del libro es que no solamente elaboran o proponen cuestiones teóricas, sino que uno también puede evidenciar las distintas técnicas que fueron necesarias para poder levantar el dato, donde el protagonista son los sujetos.

Bajo su parecer ¿Qué acontecimiento político-social marca la diferencia respecto a las formas en que se vive la religiosidad?

Desde mi punto de vista creo que es clave la restauración de la democracia en el Chile de los noventa, ya que implica un  antes y un después al dar señales de una transformación completa de la sociedad. Los 90 son claves no por ser un hito, sino porque deben ser vistos como un eje temporal que da cuenta de un  proceso socio-histórico.

Creo que una de las cosas que todavía queda en el tintero es cómo todos estos cambios, particularmente aquellos relacionados con el materialismo, el exitismo, el consumo, la libertad plena en fin, impactaron la relación de los sujetos con lo religioso… lo religioso se fue debilitando institucionalmente (…)  pareciera ser que hoy día asistimos a una suerte de desafección, sujetos que por ejemplo continúan sintiéndose religiosos, evangélicos o católicos, pero no necesariamente eso los remite a una Iglesia o a un templo. Algo así como lo que algunos autores han planteado a través de conceptos como “creer sin pertenecer”, y por lo tanto, es un fenómeno que yo creo todavía está en desarrollo: sujetos que tienen altas tasas de creencia pero  baja vinculación en términos de pertenencia institucional. 

Tampoco hay mucho trabajo respecto al gran impacto que tiene el aumento de la cobertura educacional y universitaria en la construcción de sujetos que se presentan mucho más críticos frente a su liderazgo religioso (pastor, sacerdote, etc.). No generan la misma relación una persona que tiene una educación precaria ante un líder religioso a una persona joven que tiene mayor acceso a información, educación, capital cultural. 

¿Hay diferencias acorde al territorio sobre las formas en la que se vive y dimensiona el hecho de creer sin pertenecer? 

Ahí el fenómeno de la religión vivida es interesante, particularmente porque logra de alguna manera ampliar la frontera de que lo religioso no es solo algo institucional. 

La religión no se vive solo en la iglesia. Creo que también las personas viven la religiosidad y la espiritualidad en sus acciones cotidianas. 

En el caso de Chile, quisiera remarcar las diferencias respecto a las formas en cómo se vive la religión en un contexto andino en donde el fervor que mantienen ciertas festividades religiosas es muy distinto a lo que ocurre en Santiago o en el sur del país. Es por esto que la comprensión de lo religioso debe estar situada en el territorio ya que aquello le otorga un sello al fenómeno en términos de identidad, arraigo y pertenencia. 

¿Cuál vendría siendo una característica de cómo se vive la religiosidad en la región Metropolitana? 

La región Metropolitana es interesante ya que presenta dinámicas que no están tan marcadas en otros sectores (…) en el libro se vincula cómo la ciudad -en tanto lugar de intercambio de bienes y servicios- es un espacio de oferta de nuevas mercancías y bienes religiosos, espirituales, mágicos, esotéricos. 

Creo que lo novedoso es que hoy pareciera ser menos sancionado socialmente que una persona vaya a la Iglesia por la mañana y en la tarde se vaya a leer las cartas del tarot en el centro de Santiago, o una persona que siente algún tipo de aflicción vaya una de las innumerables tiendas del casco histórico a comprarse un amuleto, requiera un servicio de “unión de parejas”, “limpiezas”, y se interese por la búsqueda de respuestas a través de distintos sistemas adivinatorios. 

¿Cómo influirá la pandemia en las formas de vivir la religiosidad a propósito de la relación con el cuerpo? 

No creo que todavía sea posible dar cuenta con claridad del real impacto que va a tener la pandemia en la forma como los sujetos creen en el siglo XXI. Lo que sí es interesante es que se cree de una forma distinta, probablemente motivada por las nuevas formas de interacción que la pandemia gatilló (medios virtuales).

Avances y convocatorias 

A principios de los 90, la iglesia católica como institución gozaba de altos niveles de confianza. La última encuesta bicentenario da cuenta de pérdida de identificación relevante, en donde solo un 42% de la población se identifica como católica.

Hoy, a 15 años de trabajo por el posicionamiento de la temática, con un congreso nacional que cada 2 años reúne a cerca de 100 ponentes del país y desde lo que implica el trabajo como director de tesis, Bahamondes ha notado el aumento por el interés en la temática, lo que ve reflejado en la  cantidad de tesistas evangélicos/as y católicos/as quienes buscan estudiar sus entornos (entre 7 y 8 por año) “lo que hace 10 años era impensado…” 

¿Qué debería investigarse con mayor urgencia o cuidados sobre los tipos de archivos, relatos o la obtención de información? 

Si bien se han realizado investigaciones en temáticas sobre el mundo evangélico pentecostal, pareciera que es un fenómeno que debe investigarse aún más en Chile y a nivel regional. Hay cruces relevantes del mundo evangélico con la política tradicional como en México, Centroamérica, Colombia, Brasil… 

Por otra parte es interesante pensar y seguir la pista a las tensiones que se generan entre religión y espacio público, entre religión y Estado, Nueva Constitución, la religión en los espacios educativos; escuelas públicas, religión en términos de tributos, políticas de salubridad, aspectos carcelarios… temáticas interesantes en un Chile que se presenta con mayor apertura. 

¿Le gustaría dejar algunas palabras a quienes se dedican a realizar este tipo de investigaciones? 

Llevo bastantes años motivando, en particular, a los jóvenes investigadores e investigadoras a que se interesen en lo religioso desde una perspectiva no confesional,  de una mirada culturalista e interdisciplinar, donde sin lugar a dudas tienen mucho que aportar desde la sociología, la antropología, la literatura, la historia… Lo religioso está presente en nuestra cultura, posee distintas dimensiones y hoy día se cruza con ciertas problemáticas que parecen ser relevantes de poder indagar tanto en Chile como en América Latina.