Elena Oliva, Lucía Stecher y Claudia Zapata (Editoras). Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile, 2011.
El 2008, a la edad de 95 años, falleció en Fort-de-France, Martinica, el poeta, dramaturgo, ensayista y político Aimé Césaire. Figura intelectual muy atractiva y compleja, Césaire tuvo una trayectoria que se inició como la de otros miembros de las élites de las colonias francesas –con una educación privilegiada en la isla y luego en la metrópolis, destinada a convertirlo en mediador político y simbólico entre los intereses de Francia y los colonizados de su país- y fue asumiendo una postura cada vez más crítica en relación al discurso y las prácticas colonialistas de Europa. La escritura y práctica políticas de Césaire estuvieron centradas tanto en la denuncia de las iniquidades perpetradas por el imperialismo europeo, como en el esfuerzo por rescatar el valor de los negros, en primer lugar ante sí mismos, pero también en sus aportes a la humanidad en general. El concepto de “negritud” con el que se asocia la figura de Césaire –y que sigue siendo objeto de interpretaciones y debates, como se verá a lo largo de este libro- expresa fundamentalmente el proyecto de lucha contra la discriminación racial (asociada a la explotación económica y social) de los negros de África y sus diásporas.
La figura de Césaire ilumina aspectos ominosos de la historia “universal” (es decir, contada desde Europa), a la vez que muestra las posibilidades de oponerse y rebelarse a los discursos y políticas hegemónicas.